Un día vió algo flotando en el rio. El buen leñador fue a recoger lo que resultó ser una cesta dentro de la cual había tres niños desnudos y tres pequeñas perlas. El leñador se llevó a los niños a su casa y allí, él y su esposa, los criaron como si fueran sus hijos.
Los niños fueron creciendo y se convirtieron en hombres. El mayor era tan fuerte que podía levantar una casa con sus manos, el segundo era tan listo que encontraba la solución a cualquier problema y el menor podía escuchar cualquier sonido, por minúsculo que fuera y entendía el lenguaje de los animales y cada uno llevaba colgando del cuello una de las perlas que su padre encontró en la cesta.
Los tres hermanos ayudaban a su padre en su trabajo y salían al bosque a cortar grandes árboles. Fué uno de esos días cuando el hermano mayor, que era tan fuerte, había cortado dos enormes robles.
_ Pero estoy muy cansado para llevarlos hoy a casa, dijo el primer hermano.
El segundo hermano se quedó pensando y dijo:
_ Durmamos aquí hoy y mañana los llevaremos flotando por el río.
Y así lo hicieron. Durante la noche el pequeño no pudo dormir, había muchos animales nocturnos en el bosque y con su charla no podía conciliar en sueño. Escuchó una voz tenebrosa que decía:
_ Nadie puede oiiiirme..., nadie puede oiiiirme..., nadie puede oiiiiirme....
_ ¡Yo te oigo!_ dijo el muchacho_ ¡y no me dejas dormir!
El fantasma, porque era un espíritu del bosque, se asustó cuando el hermano habló y asustó más todavía cuando vió la perla que llevaba.
_ ¡Tengo que decírselo al brujo del bosque!_ y salió corriendo.
Ya estaba el hermano menor a punto de dormirse cuando dos ranas se pusieron a charlar a la orilla del río.
_ ¿te has enterado? ¡qué tragedia! ¡ han secuestrado a las hijas del Rey del río!
_ Dicen que ha sido un monstruo, un dragón enorme que se las ha llevado con él a su guarida...
....
_ ¿Habéis oído?_ dijo el pequeño despertando a sus hermanos_ Debemos hacer algo!!
Y les contó lo que habían dicho las ranas.
Y los tres hermanos que eran muy valientes decidieron ir a rescatar a las hijas del Rey del Río.
_ Yo bajaré primero al fondo del rio_ dijo el mayor_ porque soy el más fuerte y aguanto mejor la respiración..
Todo fué sumergirse cuando de repente un suave fulgor empezó a surgir de la perla que llevaba al cuello y , para su sorpresa, descubrió que podía respirar debajo del agua. Asombrados, los tres hermanos se zambulleron en las aguas del rio y comenzaron a bajar hacia el fondo.
Nadaron y nadaron, cada vez por aguas más frías y oscuras. Por fín, allá a lo lejos divisaron una ciudad sumergida
(continuará...)
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